viernes, 12 de noviembre de 2010

y solo fueron 3 horas...

Que tal..

ayer despues de salir de trabajar, quede con mi sra. esposa de encontrarnos fuera del Hospital Pediatrico para que revisaran a nuestra bebé de una tos incistente, y tengo que decir que fueron 3 horas llenas de cuestiones que aqui les voy a relatar..

de entrada cuando llego, me doy cuenta de un inusual movimiento de gente, demaciada diria yo, y unos instantes después se puede ver dos camionetas de casas funerarias, esto en un pediatrico es terrible noticia, pero pues asi es la vida, se le ocurre terminar sin avisar..

en fin que en mis pensamientos estaba metido cuando llega mi sra. con la bb y a buscar estacionamiento, por que como toda excelente institucion mexicana el pediatrico no tiene cajones para este fin.

una vez en la recepción, se nos acerca una persona ofreciéndonos unas tarjetas, tipo de presentación, mi esposa tomo una y yo se la rechace pues tenia a la niña en brazos y como que no le gusto al hombre pero ese es su problema, el mio era cargar a mi hija. sale este individuo y ella me hace notar que la hasta entonces tarjeta de publicidad, era mas bien una invitacion a una cuestion de oración o algo relacionado con religion, entonces entendi el por que se molesto el hombre, seguro creyó que rechace a dios, cualesquiera que el suyo haya sido.

bueno pues, pasan a mi sra y bb, y me quedo solo. las de recepción apagan la tele y con esto le quitan la oportunidad a la congregación de doñitas que allí se encontraban de ver su novela de "teidiotiza", eso si lo aplaudí.

salgo a la calle, donde el aire estaba mas fresco y descubro que el movimiento inusual de gente fuera del hospital, no era mas que una Horda de "hermanos" comprando almas con un atole y galletas de animalitos. Siempre me han molestado estas acciones, te regalan algo para que no puedas negarte a escuchar sus cantaletas de que eres escoria si no rezas a su manera. por que no regalar y ya? que la satisfacción que sienten por ese acto sea su recompensa, pues no, la cantaleta era incluida.

total no quedo mas que ignorar lo que hacían y esperar noticias de mi bebe. por cierto, a todo mundo le ofrecieron atole menos a mi, creo que el no aceptar la tarjeta me condeno al infierno eterno.

Se movieron las camionetas de las funerarias, entro la del logo rosa y unos minutos después salio, llevando dentro el dolor de algún padre, no pude saber mas.

veía llegar niños con sus madres, veía ir y venir señores con receta en mano a las múltiples farmacias buscando el mejor precio por la vida de su hijo y yo seguí esperando.

se acerco la segunda camioneta funeraria, se llevarían a un bebe, solo pude ver a su padre pedirles que le guardaran por favor, su cobijita y eso me hizo un nudo en la garganta y en mi cabeza el miedo y las ideas de nuevo me acosaron, mientras el tianguis de almas seguia mercando por el valor de un atole .

avanzo el tiempo siguieron llegando mas enfermos y otros se retiraron. una señora me platico que uno de los niños que murio fue debido a que se trago una batería de reloj y esta lo enveneno, otro nudo en la garganta y los inhebitables pensamientos de, ¿¿y si ...??

mas tiempo, las almas ya estaban en el costal, en eso llego un carro del que su emblema parece de las olimpiadas y dejo a una mujer con su niño y se fue, pense, mmhh tal vez yo tambien me debi de haber ido a hacer tiempo.

un niño como de 13 años sale corriendo y casi es atropellado por un carro que venia a exceso de velocidad (si frente a un hospital)

llega una ambulancia de navolato con un niño de no mas de 2 años y un padre acompañándolo, de nuevo los pensamientos.. ¿¿ que pasaría si.. ??

El carro olímpico regreso, una y otra vez, hasta que decidió pararse bloqueando la entrada de las ambulancias y retumbando desde su interior, y a considerablemente alto volumen, algo como música con una letra que enaltecía a uno de los reconocidos capos de la droga ¿ música en un hospital? ¿donde hay gente tratando de descansar en las banquetas mientras espera noticias de sus enfermos?  pues claaro, que mas podríamos esperar de un destructor social como ese.

y para rematar, llego un trió de mujeres que saco a una enfermera quien las dejo entrar a ver su enfermo, mientras la gente regada por todos los rincones de las banquetas, tenia que esperar al día siguiente para recibir una mínima noticia de sus familiares..

esto fueron las 3 horas que viví, parado fuera del Hospital pediátrico de Culiacán, Sinaloa.

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